People with Mental Health Conditions Living in Chains

Con motivo del Dia Mundial de la Salud Mental, Human Rights Watch pone en marcha una campaña internacional para erradicar la práctica del encadenamiento de personas, aún presente en sesenta países.

Sin palabras, la notícia y el vídeo corta la respiración. Parece incomprensible cómo las famílias, las administraciones y los centros religiosos pueden optar por encadenar a las personas que no se ajustan a su concepto de normalidad. Es una notícia que agrede nuestro confort occidental, y nos repugna. “Tenemos la suerte” de vivir en un lugar del planeta, donde creemos que se respetan los derechos humanos. Cierto que ciertas prácticas no serían permisibles en nuestro entorno, pero no olvidemos que en nuestro país también se vulneran los derechos humanos: De las personas sin lo necesario, de las refugiadas que buscan nuestro asilo, o de algunas que enferman de una patología non grata. Aquí se agrede con más sutileza, llamamos cuarto mundo a la injustícia en nuetro barrios, y protocolo al tratamiento psiquiátrico impuesto, aunque sea claramente nocivo para quién lo recibe.

Dicen que la intensidad conmueve, que necesitamos un garrotazo para despertar. Quizá individualmente no podamos cortar cadenas de nadie, pero sí podemos cambiar nuestras creencias y contribuir a visibilizar lo inhumano. Si véis el vídeo que adjunto, parece que uno de los centros está subvencionado por la comunidad económica europea… ¿seremos corresponsables de lo que no deseamos ver?

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